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“Después de la violencia” – El Cordobazo según Revista Gente (1969)

Después de la violencia

Nota Revista Gente N°202, 5 de julio de 1969. Pág. 4 y 5.

En estos días se cumple un nuevo aniversario del Cordobazo, esa protesta obrero estudiantil que cambió la realidad de nuestro país y fue un duro golpe para la dictadura de Onganía

La nota que compartimos con ustedes es muy interesante ya que muestra un análisis sobre las causas y consecuencias del Cordobazo y da una especia de aviso a la dictadura sobra las consecuencias de no escuchar la protesta.

En la nota veremos palabras familiares a las dictaduras como subversión, guerrilla, etc. Pero si bien esta nota y la revista en si se muestra claramente en contra del Cordobazo dan cuanta de lo genuino de la protesta. Sin mas los invitamos a leerla...

DESPUÉS DE LA VIOLENCIA

Hace tres años que los observadores políticos habían perdido su fuente de trabajo. Hoy la tarea se reinició preparándose una alquimia para cada paladar.

Mucho se ha dicho y trataremos de no caer en reiteraciones. Los hechos que preocupan al país tienen características totalmente nuevas para nuestro medio. ¿Tendrán esas mismas características las soluciones que le toca buscar al gobierno?

Un ligero análisis de los hechos permite apreciar la existencia de un "grupo" con particular capacidad política. capaz de desarrollar eficazmente una estrategia y de cambiar las tácticas con ductilidad. Todo estaba preparado para ser puesto en funcionamiento con la llegada de Rockefeller, pero los acontecimientos se apresuraron y el mecanismo creado obró con precisión de relojería. El terreno era apto, la prueba está que logró una adhesión inusitada. Córdoba hizo aflorar un estado social subyacente que pasaba inadvertido para el resto del país, pero que fue perfectamente detectado por quienes la eligieron como eje de los hechos programados. No se equivocaron. Tampoco se equivocaron en la elección del modo operativo. Así como antes las grandes empresas internacionales estaban en manos de un "patrón" y nadie podía señalar quién era el dueño, diluida la cabeza en el anonimato del grupo que la manejaba, sin que por ello la empresa pierda su eficacia y deje de cumplir con sus objetivos, nos encontramos con que los actuales movimientos subversivos no ofrecieron el blanco del "jefe" cuya decapitación resultaría fácil, cuya personalidad pudo ser resistida por quienes debían ser captados, cuya ideología personal o antecedentes pudieron engendrar una adhesión o un rechazo. No existió un jefe, existieron grupos. Tampoco se exhibió una ideología, ya que levantar una bandera significa crear una opción. Se rastreó en cambio los puntos que resultarían indiscutibles, se apeló a los "slogans" de efectiva motivación, los que nadie pudiera discutir. La opresión, la falta de diálogo, la falta de libertad para expresarse por medio de manifestaciones resulta fácil de demostrar cuando se pretende hacerlo. A esto se sumaron los estados sociales reales y todo sirvió para engendrar un "movimiento" en un momento de "quietismo" político e ideológico. Ese movimiento podrá ser detenido abruptamente, pero la dinámica que lo puso en marcha tenderá a que busque nuevos caminos y reencuentros. Los que han manejado el proceso saben que deberán estar atentos; si el "movimiento" crece por falta de una contrapartida que vaya más allá de la mera represión habrá llegado el momento de "coparlo", aparecerán los líderes y se buscará una "idea coherente" que le dará contenido. Será una idea que resultará difícil de rotular, porque los rótulos verdaderos han sido gastados, y ya nadie cree en ellos. Conviene recordar que en Occidente las "ideas coherentes" para una revolución son casi ninguna.

Hay algo que parece evidente: los hechos no fueron fruto de una improvisación. La humareda sólo permito atisbar hombres identificados con diversas idolologías, desde elementos de izquierda y peronistas combativos hasta elementos del clero. Detectar la médula del asunto pareciera interesar sólo en el aspecto sumarial. Lo que sí interesa es que la Revolución se preocupó por dar cabida en sus filas a hombres que representaban las dos corrientes ideológicas tradicionales de nuestra política y creó un paréntesis a la espera de que el tiempo nos trajera nuevas síntesis. El tiempo ya las ha traído. Tanto la Revolución como los dueños de los partidos políticos están frente a un hecho nuevo. Todo induce a pensar que la Revolución debe inaugurar su "tiempo político", sin que eso signifique un llamado a elecciones que sólo serviría para volver a fojas cero. La Revolución debe apelar a una política con "P" mayúscula, buscar un contenido que la diferencie, un estilo que vaya más allá de conjugar las viejas corrientes y que conforme una respuesta al nuevo estado de cosas. Nadie se va a dejar matar por el Chocón-Cerros Colorados.

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Material Realizado y aportado por:

Profesor Diego A. Bouquet

Más de 10 años de trabajo en la educación pública. Titulo de profesor de historia con trayecto en ciencias sociales y técnico mecánico. Diplomado en prevención de consumos problemáticos en la U.S.I. Generador de contenido educativo audiovisual en YouTube. Creador y administrador de esta página.

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