Que una E no nos tape el bosque
Un análisis multilateral de la prohibición del lenguaje inclusivo en C.A.B.A.
Oscar Wilde decía que no existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo. Pero como bien nos dicen las y los integrantes de la Junta Departamental de la Carrera de Letras de la UBA “Los usos de la lengua siempre son políticos en el sentido más amplio y fuerte de ese término; [y] la intención de prohibir usos lingüísticos también lo es” (1). Es por eso que al encontrarnos con la noticia de “el gobierno porteño prohibió el lenguaje inclusivo en las escuelas” (2) muchas y muchos docentes empezamos a tratar de analizar los porqué mientras se nos mezclaban las sensaciones.
En cuanto a las sensaciones, debo decir desde lo personal que a la bronca que da todo intento de prohibición se le contrapuso la sensación de que la medida podía transformarse en un bumerang, lo que se llama coloquialmente “darse un tiro en un pie”. Y en pos de que este deseo se convierta en realidad es que escribo este texto y que haré mi primer esfuerzo para escribir en inclusivo. Gracias a Horacio, Soledad y su intento de prohibición es que me puse a reflexionar y me di cuenta de que estaba dejando afuera de mis escritos a un sector de la sociedad al usar el “todos y todas” para referirme a seres humanos entre los que estaban quienes podían no reconocerse ni con el género masculino, ni con el femenino. Así que haré el esfuerzo y a partir de ahora lo cambiaré por “todxs”. Sin más pongamos manos a la obra y tratemos de realizar un análisis multilateral sobre esta medida reaccionaria que tomó el gobierno de la Ciudad Autónoma de Bs As.
La cuestión política:
Una medida político-electoralista disfrazada de solución educativa
Es muy común en gobiernos con orientaciones político partidarias como el que actualmente dirige la Ciudad Autónoma de Bs As que se utilicen tácticas de engaño en la que se agarran problemáticas reales de toda la sociedad y proponiendo soluciones falsas, pero bien maquilladas para el sentido común, se terminan profundizando las problemáticas mientras se logran objetivos que solo le interesan al minoritario sector de poder que representan estos partidos o frentes como Cambiemos.
En este caso se toma el problema real de la falta de comprensión lectora de lxs estudiantes y sus dificultades para la escritura y eligiendo un chivo expiatorio que no es casual se intenta explicar el problema. El objetivo político electoral de fondo es claro: Disputar un sector votante que actualmente ve con buenos ojos ideas reaccionarias como las de Milei y, atacando al colectivo feminista y LTBG+, mostrarles que no hacen falta Mileis, que Cambiemos está dispuesto también a tomar las medidas reaccionarias que los falsos libertarios proponen.
En una vuelta de tuerca que llama la atención, Larreta y Acuña quienes mandaban a hacer manuales y hacían propaganda de gobierno con el lenguaje que ahora desean prohibir (3), ahora ven en esta política el plus de poder debilitar al colectivo ya citado de la única forma que conocen: Prohibiendo. Pero como ya dijimos esta política puede ser un bumerang que ponga en discusión nuevamente el tema y que genere en lxs jóvenes el deseo de utilizar el lenguaje inclusivo que se intenta prohibir.
Cabe mencionar también algo muy importante, que es el hecho de que esta medida también tiene la intencionalidad política de correr el eje de las discusiones sobre educación poniéndonos a discutir de este tema para que no discutamos verdaderas problemáticas educativas como los terribles problemas edilicios, las faltas de vacantes y todos los problemas sociales que influyen en los rendimientos educativos.
En este punto es importante hacer una aclaración. Cuando hablo de “verdaderos problemas educativos” no es porque considere que no es importante discutir la utilización del lenguaje inclusivo, sino que considero que no es justamente un “problema” el uso de dicho lenguaje como sí lo son los edificios que se caen a pedazos, el hambre que no deja pensar y la falta de lugares para que lxs niñxs puedan estudiar. Igualmente sería un grave error disociar las problemáticas educativas poniéndonos a discutir cuál es verdaderamente importante y cuál no, cuando de lo que realmente se trata es de poder relacionarlas para que en este caso el gobierno de CABA no logre lo que alguna vez el ex ministro de educación de la nación del macrismo dijo al explicar su estrategia contra los gremios docentes: “Hay que lanzar varias iniciativas al mismo tiempo, le abriste 12, el gremio focaliza en una y las otras 11 avanzan". (4)
La cuestión educativa según el gobierno de CABA:
Miente, miente que algo quedará
Como dijimos Acuña y Larreta parten de plantear un problema real, las dificultades de aprendizajes de muchxs estudiantes. Pero el truco está en establecer las causas de ese problema en el lenguaje inclusivo. Nos dice la ministra de educación de CABA: “Sabemos que el lenguaje va mutando y no somos ajenos a eso, pero ese tipo de distorsiones generan dificultad para aprender las reglas gramaticales y básicas de la lengua. Es algo que venimos trabajando con especialistas y si bien no hay evidencia porque aún todo es muy nuevo, coincidimos en que va en contra del aprendizaje. Nosotros tenemos la obligación de enseñar el uso correcto de la lengua. Después los chicos son personas libres y pueden adecuarlo como crean conveniente” (5).
Hay varias cosas para descubrir aquí ya que no solo vemos cómo una prohibición se disfraza de acto democrático al hablar de que “los chicos son personas libres y pueden adecuarlo como crean conveniente” (el lenguaje), sino que también veremos dos contrapuntos o contradicciones importantes:
La primera es que reconoce que “el lenguaje va mutando” y dice no ser ajena a eso, pero a la vez habla de una “obligación de enseñar el uso correcto de la lengua”. De esta manera disocia el lenguaje de la lengua como si no fueran parte de un mismo proceso.
En segundo lugar, vemos la contradicción más grave tratándose de una ministra de educación. Acuña dice que este “tipo de distorsiones generan dificultad para aprender las reglas gramaticales y básicas de la lengua” hasta aquí hay una postura que podemos o no compartir, pero continúa diciendo que “si bien no hay evidencia porque aún todo es muy nuevo, coincidimos en que va en contra del aprendizaje”. La pregunta es ¿si no hay evidencias por qué coinciden en que va en contra del aprendizaje? ¿se basan en creencias para tomar una decisión sobre políticas educativas? ¿acaso en la ciencia no son necesarias evidencias para concluir en algo? ¿toman decisiones de política educativa creyendo que?
Si estuviéramos hablando de una persona ajena al ámbito educativo podríamos aceptar que no haga una investigación rigurosa antes de opinar sobre un tema, no es lo correcto, pero no deja de ser una opinión. Pero en este caso estamos hablando de una ministra de educación que está tomando una decisión educativa porque le parece que… Un mamarracho.
Pero las mentiras y contradicciones no quedaron obviamente en Soledad Acuña, Horacio Rodríguez Larreta intentó vía Twitter (6) explicar los porqués de la prohibición, a la que llamó limitación. Larreta dice en uno de sus twists que “Medidas similares ya se tomaron en Uruguay y en Francia. En base a la experiencia y a las estadísticas estamos convencidos de que los chicos que están aprendiendo a leer y a escribir, primero tienen que dominar las normas del español.”. Bien desarmemos este mensaje también.
En primer lugar, es cierto que en la Francia del conservador Emmanuel Macron se realizó en marzo de 2021 una prohibición del lenguaje inclusivo en las escuelas porque supuestamente “constituye un obstáculo para la lectura y la comprensión de la escritura” (7), pero lo que no es cierto es que se haya hecho en Uruguay donde solo se intentó sin éxito prohibir dicho lenguaje, que por cierto es parte del sistema educativo. De hecho, según una nota de “La Diaria Opinión de Uruguay” la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP)” -en la Circular 4/2022- “abordó otra vez el tema del lenguaje inclusivo. Con una visión más actualizada, tomó distancia del espíritu prohibitivo de los parlamentarios mencionados” (8). Vemos claramente que Larreta miente en al menos uno de los dos países nombrados.
Por otra parte, según un documento firmado por 7 lingüistas miembros del Conicet “El lenguaje inclusivo se presenta en muchos países de Latinoamérica y no es un fenómeno nuevo. Por mencionar algunos ejemplos, Uruguay cuenta con una Guía de lenguaje inclusivo desde 2010, México desde 2015 y Perú desde 2017, mientras la discusión sobre iniciativas no sexistas e inclusivas se da en Costa Rica desde 1992. Pero, además, en muchas lenguas diferentes existen iniciativas parecidas. En el francés se propone, entre otras opciones, el uso del punto medio para indicar al mismo tiempo las opciones femenina y masculina (como en “ami·e·s”, es decir, “amig@s”) y cuenta, además, con pronombres no binarios como “iels” o “elleux” (es decir, “elles”). En inglés se usa el pronombre “they/them” como singular no binario (“elle”), y fenómenos parecidos se observan en el hebreo o el árabe, entre otros. En el caso de Suecia, el diccionario oficial de sueco incluye desde 2015 el pronombre neutro “hen” (“elle”), y su uso es impulsado desde el Estado nacional” (9). A estos datos debemos agregar que en Chile existe una guia para el uso del lenguaje inclusivo desde 2011. Claro que cabe aclarar que, pese a que no habla del uso de la “e” y la “x”, es de carácter bastante anacrónico dado consideran inclusivo al lenguaje binario y al hablar de la utilización del @ no permiten utilizarlo ya que “rompe con las reglas gramaticales del idioma y es impronunciable”. (10)
Volviendo a Larreta debemos prestar especial atención a lo que pone luego de “Medidas similares ya se tomaron en Uruguay y en Francia” y del punto seguido ya mencionado. Larreta habla de que “En base a la experiencia y a las estadísticas estamos convencidos de que los chicos que están aprendiendo a leer y a escribir, primero tienen que dominar las normas del español.” Pues bien ¿de que experiencia habla? ¿de la que Acuña dice que no existe? ¿de la de Francia y Uruguay? Supongamos que habla de Francia, en primer lugar, ya que la experiencia de Francia se da en un idioma distinto difícilmente haya logrado que lxs estudiantes logren “dominar las normas del español”. En segundo lugar y dejándole pasar ese error, si la prohibición data de 2021 ¿Qué estadísticas educativas pueden dar evidencia concluyente de buen funcionamiento en solo 1 año? ¿de qué experiencia habla Larreta? Por último, si Larreta habla de experiencias en general que están en su imaginación y no de las de Francia y Uruguay, también debería rever su propia utilización de las reglas de puntuación del idioma que dice defender. Sea como fuere es otro mamarracho…
El inclusivo en la educación:
¿A quién incluye y quienes aprenden?
Analicemos la oración “María, Juan y Lucía juegan juntos a la Play”. Como vemos el adjetivo “juntos” está en masculino y como “suena normal” probablemente nadie se queje. Pero si dijéramos “María, Juan y Lucía juegan juntas a la Play” probablemente Juan diría que él también está jugando. Cosa curiosa que habiendo más femeninos que masculinos en la oración nos siga pareciendo que sólo “juntos” puede incluir a todxs los sujetos enunciados. Y es más si algunx de ellxs fuera no binario lx estaríamos dejando afuera en ambos casos.
Otro ejemplo claro es aquel en donde una maestra les dice a lxs estudiantes
- Niños, por favor, presten atención al siguiente video.
- ¿Nosotras también? – Pregunta Kiara
- Obvio – contesta la maestra- cuando digo “niños” me refiero a todos; en nuestro idioma el masculino plural las incluye a ustedes.
En unos días la seño les dice
- Los niños que quieran inscribirse al equipo de fútbol, anótense en esta lista.
Pero cuando la maestra ve quienes se anotaron aclara que en esta ocasión sólo pueden inscribirse los varones, las niñas no.
- Por eso dije claramente “niños”.
- El otro día dijo lo contrario seño, yo ya no entiendo cuando nos incluye y cuando no - dice Kiara dejando atónita y sin respuesta a la maestra.
La seño está siguiendo los lineamientos de la Real Academia Española (RAE) quien en su segunda regla general de concordancia gramatical señala que “Cuando el adjetivo se refiere a varios sustantivos, va en plural. Si los sustantivos son de diferente género, predomina el masculino” (11). Pero lxs niñxs deberán distinguir según los estereotipos de género cuando pueden o no hacer una actividad, algo que claramente la ley de educación sexual integral ve con muy malos ojos.
Aun en estos casos seguimos refiriéndonos al lenguaje de forma binaria, es por eso que el lenguaje inclusivo no solo viene a mostrar el carácter machista de las reglas del idioma español, sino que nos muestra que directamente invisibiliza a quienes no se definen como hombres o mujeres.
Pues bien, la necesidad de incluir a todxs en las expresiones que usamos al escribir o al hablar es un derecho adquirido que en nuestro país podemos cotejar en leyes nacionales como la de Educación Sexual Integral. Es sabido por cierto que ningún jurista, abogado o persona seria que conozca de derecho aceptara de ningún modo que una normativa contradiga una ley.
Dicho esto, debemos analizar un poco lo planteado por quienes imponen esta prohibición en cuanto a los aprendizajes del lenguaje y la comprensión lectora de lxs estudiantes.
Al respecto la Junta Departamental de la Carrera de Letras de la Universidad de Buenos Aires dice que “es nuestro deber advertir como investigadorxs que no existe ninguna evidencia que establezca una relación entre el fracaso escolar o el bajo rendimiento en pruebas estandarizadas y el uso de lenguaje inclusivo de género. Del mismo modo que el uso del desdoblamiento de los géneros masculino y femenino en la resolución emitida por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires no dificulta la comprensión del documento, la variación generada por el uso de formas no binarias no resulta un obstáculo para el desarrollo de las habilidades de aprendizaje de lxs estudiantes” (1).
En concordancia con esto lxs invesrtigadorxs del Conicet contestan desdoblando la acusación de Larreta en dos partes, en tres en realidad. En primer lugar en cuanto a la dificultad de comprensión dicen “En nuestro país se realizaron dos estudios recientes en más de 500 personas sobre el tema. En uno de ellos se comprobó que, en palabras estereotípicamente masculinas, el masculino genérico es menos eficaz que el inclusivo para representar un grupo de personas diversas: si digo “camioneros” me imagino un grupo conformado sólo por varones, mientras que si digo “camioneres”, me imagino un grupo de personas de distinto género. En el segundo estudio, se midió el tiempo de procesamiento de formas masculinas genéricas (“los plomeros”) e inclusivas (“les plomeres”) y se encontró que no había diferencias significativas. Es más, en general se tarda menos en comprender las formas no binarias. En suma: las formas no binarias comunican la diversidad de género mejor que el masculino y se procesan igual o más rápidamente.” (9) Es decir que, si bien no podemos hablar de una evidencia concluyente en cuanto a que el lenguaje inclusivo no afecta la comprensión, al menos este estudio es mucho más que la total falta de evidencia sobre que sí lo hace. Falta de evidencia que reconocen aquellxs mismos que prohíben.
Por otra parte, lxs investigadorxs se preguntan: “¿Es cierto que el lenguaje inclusivo dificulta la adquisición de la “lectoescritura”?” para contestarnos que “En primer lugar, es importante señalar que la investigación lingüística diferencia “lectura” de “escritura” como dos procesos muy cercanos pero diferentes, tanto en términos sociales como cognitivos (por eso no hablamos de “lectoescritura”). En nuestro país no se han realizado estudios que comparen la comprensión lectora de formas masculinas y no binarias en niñes, de manera que no sabemos cuál es mejor. Las pruebas estandarizadas que se realizaron recientemente, y que arrojaron resultados muy críticos sobre la comprensión lectora en la escuela, fueron realizadas usando la morfología tradicional, del masculino genérico, así que no puede responsabilizarse en ese caso al lenguaje inclusivo por los resultados obtenidos.” (9)
Hasta aquí no solo tenemos dos colectivos de integrantes de instituciones de ciencia que nos dicen, al igual que la propia Acuña que no hay evidencia de que el lenguaje inclusivo afecte el aprendizaje, sino que le podemos agregar algo que sale de la propia lógica de las practicas educativas. Me refiero a que el intento por utilizar lenguaje inclusivo nos lleva a pensar, a reformular y a investigar sobre los usos del lenguaje. No hay nada mas lindo para un docente que un disparador que ayude en la tarea de interesar a lxs estudiantes en el aprendizaje. Intente algunx de ustedes hablar y escribir en inclusivo y vera que es un excelente disparador para el aprendizaje.
La cuestión lingüística:
Lingüistas vs dueños de la lengua
Ante la discusión que se dispara por la prohibición del gobierno de CABA lógicamente se polarizan las posturas, y esta es una de las intenciones del propio gobierno prohibicionista. La “grieta” les sirve, y en este caso es obvio que vamos a encontrar muchxs personas apoyando esta medida prohibitiva. Por ejemplo, en una nota de Infobae, periódico que parece más un pasquín de Larreta que un periódico independiente, podemos encontrar títulos como: “La medida merece nuestra aprobación”: respaldo de académicos al veto al “lenguaje inclusivo” en la escuela (12). En esta nota lingüistas y “varias personalidades de la cultura” (totalmente desconocidas para mí, por cierto) nos dicen que “Las lenguas tienen normas. Estas son de orden académico y de uso. En cuanto a las primeras, en el caso del castellano, son regidas por las Academias que integran la Asociación de Academias de la Lengua Española, entre ellas, la Real Academia Española de la Lengua y la Academia Argentina de Letras”. Seamos sinceros, no es llamativo que quienes fundamentan con reglas de los gendarmes coloniales de la lengua apoyen una prohibición.
Por otra parte, ya hemos citado aquí Junta a la Departamental de la Carrera de Letras de la Universidad de Buenos Aires, a lxs investigadorxs del Conicet y hemos dado argumentos varios a favor de la libre catedra de enseñanza y de aprendizaje. Es por eso que para no ser redundantes podemos concluir en que la cuestión lingüística nos lleva dialécticamente a la cuestión política otra vez. Y es entonces que debemos preguntarnos ¿Las reglas de la lengua por sobre los derechos de las personas o las personas con derechos transformando el lenguaje?
En definitiva, fácilmente se reconoce un sector reaccionario que escondido en un supuesto afán de “defender las reglas gramaticales y básicas de la lengua” impuestas por una institución colonial, ponen los “derechos” de las palabras inanimadas por sobre los derechos y necesidades de personas que tienen sentimientos y sensaciones. Eso sí, cuando se trata de modismos o palabras provenientes de idiomas como el inglés estas personas no ven ninguna necesidad de “defender el idioma español” ni a las palabras que se desprenden de él. A esas personas y a quienes montados al facilismo defienden “lo que más o menos conocen” viene a representar esta prohibición y de esas personas esperan el voto quienes intentan prohibir el lenguaje inclusivo.
Y del otro lado estamos quienes como Ferdinand de Saussure vemos al lenguaje como un “órgano vivo” y podemos concebirlo en términos de un “tesoro depositado en la masa hablante”. Somos quienes siempre vamos a poner a lxs humanxs, sus derechos y necesidades, por sobre las reglas impuestas por instituciones arcaicas que pueden aceptar sin sonrojarse palabras como covidiota (13) pero se espantan ante un elles. El lenguaje es parte de la sociedad y ella lo crea y lo modifica según sus necesidades, no según reglas preestablecidas. Hoy la necesidad de visibilizar y ampliar derechos de sectores como el de las mujeres y el colectivo LGTB+ deben estar muy por encima de los negocios de lxs “gendarmes de la lengua” y los sectores políticos e instituciones vetustas que los amparan.
Enlaces a las fuentes citadas en el texto:
Texto e investigación realizada por:
Profesor Diego A. Bouquet
Más de 10 años de trabajo en la educación pública. Titulo de profesor de historia con trayecto en ciencias sociales y técnico mecánico. Diplomado en prevención de consumos problemáticos en la U.S.I. Generador de contenido educativo audiovisual en YouTube. Creador y administrador de esta página.
Investigación, aportes y correcciones de:
Profesora Miriam Del Santo
Más de 12 años de trabajo en la educación pública. Titulo de profesora de lengua y literatura y Licenciada en educación. Docente e investigadora de nivel superior y capacitadora en el IFOD. Especialista en educación iTIC y Especialista en escritura y literatura. .
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jajajajajajajajajajajajajajajajajajaja o debo escribir jejejejejejejejejejejejejejejejejeejejeje – Niños, por favor, presten atención al siguiente video.
– ¿Nosotras también? – Pregunta Kiara
– Obvio – contesta la maestra- cuando digo “niños” me refiero a todos; en nuestro idioma el masculino plural las incluye a ustedes.
En unos días la seño les dice
– Los niños que quieran inscribirse al equipo de fútbol, anótense en esta lista.
Pero cuando la maestra ve quienes se anotaron aclara que en esta ocasión sólo pueden inscribirse los varones, las niñas no.
– Por eso dije claramente “niños”.
– El otro día dijo lo contrario seño, yo ya no entiendo cuando nos incluye y cuando no – dice Kiara dejando atónita y sin respuesta a la maestra.
si yo en un auditorio lleno de chicos y chicas grito ¡¡¡¡Fuego, afuera TODOS!!! las niñas y las disidencias se quedaranesperando su pronombre? la pavada se termina cunado la cosa se pone seria
Por supuesto que hay una construcción histórica sobre el masculino como “genérico”, también antes estaba mal visto el voceo y eso cambio. Por suerte la lengua evoluciona como las sociedades pues son ellas quienes le dan forma, algo que incluso acaba de decir hace días un vocero de la RAE. Gracias por comentar