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Los aprendizajes y las enseñanzas de Lionel (Fútbol y educación)

Los aprendizajes y las enseñanzas de Lionel.

(Fútbol y educación)

¿Pueden el fútbol y la educación ir de la mano? En el siguiente texto intentaré demostrar que muchas veces podemos aprender de aquellos a los que muchos consideran 22 bolu2 que corren detrás de la pelotita y que ellos también necesitan aprender para llegar a ser los mejores... Espero les guste.

Nostalgia del presente

Sintiendo un poquito de nostalgia del presente debemos decir que ya pasó casi un mes de ese loco mes que fue diciembre, y también que ya no estamos en ese ciclotímico 2022 que llegó a su fin. Para cualquier ser humano que le guste el futbol, y mas aun si es argentino, venimos de vivir el mes mas surrealista de nuestra historia. Mes en el que muchos guardamos en el ropero la razón y nos sumergimos en el mas profundo mundo de las creencias. Un mes en el que con cada acción que realizábamos creíamos darles mayor o menor suerte a 26 pibes, y no tan pibes, que estaban a miles de kilómetros intentando darnos una alegría entre tantas pálidas.

Este diciembre encontró a un país que constantemente está bombardeado mediáticamente, a ese país cuyos dueños odian y quieren hacernos odiar, esta vez unido nuevamente como muchas otras veces lo estuvo. La grieta no vendió y al periodismo tira bosta se le dio vuelta la taba, ni los intentos de calificar de vulgares a los pibes calaron en la sociedad. Porque esos pibes que se fueron hace rato no se cansaron de decirnos y mostrarnos cuanto quieren su suelo. Y acá no hablamos de nacionalismo barato, acá hablamos de arraigo cultural y de amor y respeto por lo propio.

Y como si se tratara de una reseña de nuestra historia social, económica y política durante un mes nos caímos y levantamos incontables veces, y cada vez que creíamos tocar el cielo de un segundo a otro estábamos en el séptimo infierno del dante, para volver a levantarnos otra vez. La diferencia es que esta vez como si se tratara de una película guionada, el final fue feliz. Y de repente nos encontramos tirados en el piso llorando como niños, en las casas padres e hijos se fundían en un solo grito y se unían en un solo abrazo mientras las abuelas lalala festejaban como el mas pasional de los hinchas más jóvenes. Se sufrió, pero valió la pena. Y como una paradoja más de nuestra historia 21 años después un 20 de diciembre la calle se llenó de gente, pero esta vez para festejar…

Los aprendizajes y enseñanzas del mesías

Pero pese a esta larga introducción no vengo aquí a hablar de cábalas, ni de brujas, ni de papelitos con nombres de jugadores contrarios congelados, ni siquiera de lo que significo política o pasionalmente esta copa. Vengo a hablar principalmente del protagonista principal de esta historia: Lionel Andrés Messi Cuchittini, por cierto, para mí el mejor jugador de todos los tiempos, aunque tampoco es esa la discusión que vengo a dar.

Es innegable para cualquier humano que aprecie mínimamente el futbol que el talento de Messi para este deporte es supremo, más allá de gustos y números que se puedan comparar indudablemente esta entre los mejores jugadores de la historia. Pero el talento es algo dado, no sabemos cómo, pero lo traemos con nosotros. Hay quienes lo aprovechan y hay quienes jamás descubren el propio, pero el talento no se aprende, se tiene. Por eso felicitar a Messi por su talento sería equivalente a felicitar a los hijos de Messi por sus millones heredados.

De lo que quiero hablar entonces es de lo que pocos hablan, de la capacidad de Messi para aprender y en ese aprendizaje también enseñar. No hablo de su aprendizaje en cuanto a lo estrictamente futbolístico, fueron muchos los jugadores que fueron adaptando su juego al paso del tiempo, y aunque cabe aclarar que es meritorio que gracias a este aprendizaje futbolístico Messi haya logrado mantenerse tantos años en la élite del futbol no es esa su mayor virtud. En este caso yo hablo de otro aprendizaje de Lionel: del aprender de los errores y los fracasos.

Esto es importantísimo en un mundo en donde el poder nos disfraza de estigma el error y el fracaso y dice salvarnos de los mismos, cuando en realidad lo que tienen es miedo a que aprendamos a transitarlo, nos rebelemos ante lo injusto y nos superemos como pueblo. Claramente el error y el fracaso deberían ser parte fundamental del aprendizaje en nuestras vidas. ¿Entenderemos alguna vez que equivocarse, aprender del error y mejorar lo realizado es lo que nos hace evolucionar personal, social e históricamente? Yo creo que sí, incluso aunque los sucesivos ministros de educación y algunos docentes pseudo progresistas se empecinen en hacer como que no lo entienden

Para explicar detalladamente porque la capacidad de aprendizaje es lo que más me hace admirar a Messi, y por lo cual considero al rosarino como el más grande de la historia, les pido me permitan hacer una cronología de su carrera haciendo hincapié en el último mundial. En los tiempos veloces que corren les pido que tengan paciencia ya que por suerte Lionel nos dio mucho material para analizar. Comencemos…

El niño pulga que se convirtió en un jugador gigante

Aquel pibito rosarino nacido en una familia de clase media laburante a la que no le faltaba el plato de comida, pero tampoco le sobraba nada empezó a llamar la atención bien de pequeño. Podía jugar con chicos más grandes y sacarlos a bailar, podía hacer todos los goles que quisiera para que le dieran alfajores y podía gambetearse a un equipo entero, pero no podía crecer. El primer escollo en su carrera llegó bien de chico, déficit de la hormona del crecimiento se llamaba técnicamente aquello que hacía de la pulga un niño de estatura menor que los de su edad. Un caro tratamiento a esta enfermedad puso en jaque su futuro y al parecer ningún club quiso costear su tratamiento -aunque cabe decir que según palabras de Lionel River Plate si iba a hacerlo, pero Newells no quiso darle el pase-.

Así fue que tras cruzar el charco hacia la catalana ciudad de Barcelona termino maravillando a Carles Rexach quien aseguró el futuro del “chaval” en una servilleta. El resto es historia conocida, subió una tras otra las categorías a fuerza de goles y gambetas hasta que debutó en primera. Su ascenso en Barcelona fue meteórico incluyendo prontamente Champions, Ligas, Copas del rey, Supercopas españoles y europeas y mundiales de clubes de la mano de Guardiola. Tras un pequeño impase volvió a la cima con la llegada de Luis Enrique sumando otro sextete.

A partir de allí pese a que nunca dejó de deslumbrar individualmente, la suerte del equipo empezó a ser esquiva a nivel europeo. Remontadas de la Roma, del Liverpool y la vergonzosa goleada del Bayern por 8 a 2 en Champions mostraron que con Messi solo alcanzaba para ganar títulos a nivel local. Pero más allá del declive futbolístico de un Barcelona que se sostenía entre los primeros puestos españoles por obra y gracia de Messi, el momento más duro de su estadía en la ciudad catalana llegó en 2021, cuando menos se lo esperaba. De un momento a otros nos enteramos que el Barcelona no le renovaría el contrato y entre lagrimas tuvo que hacer las valijas. Paris, el PSG y los millones del jeque le dieron la bienvenida. Hay que decir que el Barcelona fue el club que lo vio crecer y lo hizo el jugador que es, pero como dijo Casciari Messi nunca guardó su valija y jamás sacó la vista de su primer amor: la argentina.

Messi se sube a una montaña rusa llamada selección

Paradójicamente Messi tuvo en sus dos grandes amores futbolísticos una carrera inversa. Mientras que en Barcelona todo salió bien desde un principio y en el final fueron decayendo los números en cuanto a éxitos colectivos, en la selección pareció ser a la inversa. Tras su logro mundialista en la juvenil sub20, su debut en la mayor tuvo más de pesadilla que de sueño: 45 segundos duró en cancha hasta que fue injustamente expulsado. Peor no podía arrancar. En 2006 tuvo su debut mundialista en la mayor con gol incluido, pero rápidamente lo despertaron del sueño y desde el banco de suplentes vio como Argentina era eliminada. En 2007 parecía tener una revancha cuando la selección del Coco Basile con un genial Messi en cancha arrasaba con todos y llegaba a la final, pero 3 goles brasileros lo volvieron a despertar.

El 2008 parecía ser el año del despegue con su oro olímpico en Beijín y a eso se sumó la llegada de Maradona como DT de la selección al año siguiente, esto le sumó mística e ilusión al momento. Se clasificó al mundial con susto y en Sudáfrica 2010 tras un comienzo esperanzador nos despacho nuevamente Alemania, pero esta vez goleándonos 4 a 0 y Messi encima se fue de la copa sin goles. La revancha no solamente no llegó en aquel 2011 sino que probablemente en aquel año se vio uno de los niveles futbolísticos más bajos de Messi con la celeste y blanca, paradójicamente cuando más brillaba en un Barcelona que lo ganaba todo.

Uruguay nos sacó de la Copa América que se hacía en nuestro país y las criticas mas pesadas empezaron a caer sobre Messi. Chiflidos, volvete a España, no sos argentino, pecho frio, no cantas el himno, jugas solo por los millones y otras cuantas cosas se escucharon y hasta se llegaron a ver quemas de camisetas y posters del 10, pero Lionel siguió viniendo a tratar de cumplir su sueño, aunque en los juegos no rendía lo esperado y en los momentos claves literalmente terminaba vomitando en cancha.

Las finales que perdí, tantos años las lloré

El 2012 parecía nuevamente ser un año de despegue para Lionel en la selección. El récord mundial de goles en un año calendario incluía los realizados con la celeste y blanca, pero esos goles no le permitían levantar un trofeo. La oportunidad estaba nuevamente cerca cuando tras el arribo de Sabella al banco, argentina llegaba bien perfilada a Brasil 2014.

El comienzo no podía ser mejor para el 10, gol a Bosnia, gol agónico a Irán y doblete ante Nigeria; pase gol para el gol en tiempo suplementario contra Suiza y luego poca influencia en los números y las situaciones creadas en cuartos y semi. Pero con sufrimiento se llegó a otra final y podía ser la hora indicada para cerrar bocas. No lo fue, Alemania ganó en el suplementario estirando la paternidad sobre nuestra selección en mundiales y para colmo de males Messi erro el gol que “hizo mil veces”. Las criticas volvieron, pero no eran tantas, se había llegado a una final tras 24 años y no era poco.

El 2015 y 2016 fueron más de lo mismo para la selección y para Messi, dos finales de copa América y las dos perdidas por penales contra Chile tras tener varias oportunidades de marcar en ambos partidos. Tres finales, 360 minutos y 0 goles argentinos, para colmo de males en la copa América centenario disputada en EEUU Messi erró su penal de la tanda definitoria. Ahora si parecía que el destino se había empecinado con el 10 y él así lo creyó y renunció a la selección tras el partido.

"Lo primero que se me viene a la cabeza, y que pensaba recién en el vestuario, es que ya está, que se terminó para mí la selección. Son cuatro finales, no es para mí. Lo busqué, no se me dio, pero creo que ya está", dijo el 10 en zona mixta ante la atónita mirada de los periodistas que tenían la noticia que no esperaban. "Creo que sí es una decisión definitiva. Es lo que siento ahora. Es una tristeza grande lo que nos volvió a pasar. Encima me toca errar el penal a mí. Era importantísimo para tomar diferencia. Hoy me tocó errar a mí, ya está. Creo que es por el bien de todos. Por mí y después por todos. Hay mucha gente que desea eso. No se conforman, igual que nosotros tampoco nos conformamos con llegar a la final y no ganarla. La decisión está tomada. Ya lo intenté mucho. Me duele más que a ninguno no poder ser campeón con la Argentina. Me voy sin poder conseguirlo". Dijo y el mundo se nos vino abajo a muchos, mas a los que lo habíamos defendido de las injurias y futbolísticamente deseábamos más que nada verlo ganar algo con argentina como premio por todo lo que nos había hecho disfrutar.

El primer gran aprendizaje de Lionel: volver a intentar

Y aquí se da lo que para mi es el primer aprendizaje grande de Lionel, el aprender a escuchar todas las voces, no solo las voces masificadas de los haters y los medios masivos. El pueblo salió a la calle bajo la lluvia a pedirle a su ídolo que siguiera intentando, grandes y chicos lloraban ante las pantallas pidiendo volver a verlo intentar. Un pibito que hacia sus primeros pasos en el futbol le escribía en Facebook una larga carta que terminaba diciendo “Verte jugar a vos con la celeste y blanca es el orgullo más grande del mundo. Jugá para divertirte que cuando vos te divertís, no te das una idea lo que nos divertimos nosotros. Gracias y perdón.” Ese pibe era un tal Enzo Fernández ¿lo conocen?

Messi escuchó y entendió que debía seguir intentando, 45 días después de su renuncia formalmente dijo en un comunicado que había pensado seriamente en dejar la selección, pero agregó "Amo demasiado a mi país y a esta camiseta". El 10 estaba de vuelta y a muchos nos volvió el alma al cuerpo, futbolísticamente hablando por supuesto. Unos años más tarde explicaría más mundanamente el por qué había decidido volver. En un programa de TV junto al Pollo Vignolo dijo: “yo quiero terminar mi carera y haber ganado algo con la selección argentina y sino haberlo intentado todas las veces posibles, no quedarme con la sensación de que no se me dio y que deje pasar oportunidades por la gente que no quería que esté o por los cometarios malos hacia mí, sino que levantarme volver a intentarlo y volver a estar otra vez. Creo que es el mensaje para los niños, para los chicos que me siguen que les gusta verme. No solo para el futbol sino para la vida, ¿no? Porque eso es la vida, tropezar y volver a levantarse e intentarlo otra vez y luchar por sus sueños”.

Mas cerca del infierno que del cielo

La redonda siguió rodando mientras que la AFA y la selección eran un verdadero desastre. Así llegamos a la última fecha de eliminatorias casi por milagro con posibilidades matemáticas de clasificar al mundial de Rusia. Había que ganarle a la difícil Ecuador de visitante, lo positivo era que la tricolor iría con mayoría de suplentes ya que llegaba a la última fecha sin posibilidades de clasificar. Al minuto Ecuador ganaba 1 a 0 y la posibilidad de no clasificar al mundial era una realidad palpable. La vergüenza era la espada de Damocles que pendía sobre la cabeza de Lionel y de toda la selección. La voz del cobrizo periodista que tanto lo había criticado resonaba en nuestras cabezas: “¿Cuándo va a salvar Messi a la Selección?”

Pero esta vez Messi sí nos salvó prácticamente solo de lo que hubiera sido la derrota deportiva más dura de los últimos tiempos. 3 goles del 10 nos depositaron en Rusia, la esperanza eclipso a la lógica y empezamos el mundial creyendo que había con qué. El primer partido parecía fácil contra la debutante Islandia, pero se complicó. Arrancamos ganando, nos empataron y un penal para argentina nos daba la posibilidad de acomodarnos en el marcador, pero en esta película que ya nada tenía de comedia una burla más del destino quiso que un arquero que también era director de cine le atajara el penal a Lionel.

El debut no era lo esperado y la Croacia que a la postre seria finalista del mundial era quien tocaba en el segundo partido. 3 a 0 en contra en un partido para el olvido de la albiceleste. ¿y la actuación de Messi? Aunque nos duela a quienes lo admiramos hay que decir que aquel extraterrestre del esférico se mostró extremadamente humano y se desmoronó. Brazos en jarra y apatía absoluta nos mostraron su peor versión. Incluso para quienes siempre creímos en él fue un golpe durísimo. Hay que reconocer que aquellas palabras de Maradona hablando con Pele cuando les dejaron un micrófono abierto allá en 2016 ahora cuadraban perfecto en la realidad de Lionel Messi en la selección argentina. Aquel día Pele le preguntó al Diego si Messi era buena persona a lo que Maradona respondió: “Es buena persona, pero no tiene personalidad para ser un líder". A quienes queríamos a Messi nos constaba aceptar que el Diegote en esta tenía razón, pero los hechos ahí estaban para dársela.

El tercer partido era contra Nigeria y la espada de Damocles nuevamente estaba sobre Messi y el grupo de jugadores que los periodistas habían bautizado como “el club de amigos”. Minutos de silencio en un canal, pedidos de que renunciara nuevamente en otros, palos de todos lados y un Dt peleado con los jugadores fue la previa a un partido en el que de no ganar repetirían la nefasta tarea de los muchachos del 2002 que quedaron afuera en primera ronda. Lionel una vez más pareció renacer de sus cenizas y tras un largo pelotazo de Éver Banega realizó un control orientado que lo puso frente un arquero al que fulmino cruzado con su pierna menos hábil. Messi volvía a ser Messi y parecía salvarnos de nuevo. Pero en esta repetitiva historia no todo eran rosas y Nigeria nos empató.

Esta vez fue Marcos Rojo quien salvo las papas cerca de un final de partido que contó con un Lionel Messi enchufado hasta el ultimo minuto y dando una imagen muy diferente a la del partido anterior. La mala noticia era que con el segundo puesto obtenido en el horizonte asomaba la potente Francia del joven Kylian Mbappe, de Antoine Griezmann y Paul Pogba entre otros. Mi sensación personal es que toda nuestra energía buena y mala se gastó en no pasar la vergüenza de quedar en zona de grupos y la derrota 4 a 3 en el partido con Francia de octavos no pegó tan fuerte. Y aunque Messi estuvo bastante desaparecido de las jugadas claves de ese partido lejos fue de ser el jugador apático que habíamos visto contra Croacia. Finalmente, Francia seria campeón del mundo y nuestro DT terminaría renunciando tras no tener el más mínimo apoyo de jugadores y dirigencia.

La escalera a la gloria se sube de a un Scaloni

Lionel Scaloni había sido ayudante de campo de Sampaoli y en lo que para algunos periodistas era una traición había decidido agarrar una papa hirviendo que era el banco de la selección al menos por dos partidos. Su interinato duró 6 partidos y Messi no estuvo en ninguno. Nuevos jugadores que luego serian claves en el proceso como Lautaro Martínez, Leandro Paredes y Rodrigo De Paul hacían sus nuevas armas en una selección que sería el recambio de la vieja guardia de quien solo quedaba Nicolas Otamendi.

La vuelta de Messi se dio recién en marzo del 2019 y fue con una dura derrota contra Venezuela por 3 a 1. El siguiente partido fue contra Marruecos, sin Messi y se volvió a la senda del triunfo, hecho que aprovecharon los haters anti Messi para decir que sin Lionel se ganaba más. En febrero Messi volvió al gol y también volvía el Kun Agüero al equipo. La Copa América de Brasil 2019 empezaba con la vuelta de Di María, el último que regresaría de la vieja guardia, y una dura derrota contra Colombia. El segundo partido fue empate contra Paraguay y Armani atajaba un penal clave que hubiera significado la derrota, probable eliminación y partida del DT. Tras una levantada contra la débil Qatar a quien le ganarían 2 a 0 se paso a los cuartos en donde se venció a Venezuela en una buena actuación. Tocaba Brasil en semis y en un partido envuelto en la polémica argentina perdió 2 a 0 sin que le cobraran dos claros penales, uno de ellos previo al segundo gol brasilero.

El segundo gran aprendizaje de Lionel: marcar la cancha

Tras el partido contra Brasil aquel Messi sin carácter del que hablaban Maradona y Pele había muerto. Lionel encaró las cámaras y sin pelos en la lengua declaró: "Se cansaron de cobrar manos boludas, penales pelotudos y hoy no fueron al VAR. Ojalá la Conmebol haga algo, aunque no creo, porque Brasil maneja todo”. Por primera vez Messi se pelaba mano a mano con el poder, ese gesto, maradoneano para muchos, también tuvo su costo. Por una parte, aquellos que querían un Messi mansito como ejemplo para la juventud empezaron a mirarlo de costado, esos mismos que hace poco descubrirían su lado “vulgar” perdían una figurita importantísima para su plan de desesperanza de las masas, Messi el que nos vendían como el millonario mansito se mostraba rebelde contra el poder y no pensaba dejarse pisotear nunca más.

Por otro lado, la Conmebol le cobraría todo lo dicho. Primero de forma extraoficial con una insólita expulsión en el partido del tercer puesto, donde puntualmente lo que sucedió es que en el triunfo de Argentina vs Chile Messi tuvo un cruce con Gari Medel en el que se pecheraon un par de veces, un incidente menor que no debería haberse sancionado más que con dos tarjetas amarillas. Sin embargo, ambos fueron expulsados y rápidamente se sospechó de una “vendetta” de la Conmebol. Enojadísimo Messi no fue a recibir la medalla porque según sus dichos “no quería ser parte de esa corrupción” y organización sudamericana oficialmente impondría una multa económica y una suspensión de tres meses que no influiría en partidos importantes de la selección. Pero Lionel ya había marcado la cancha y mostrado su poder. Messi había aprendido quien es Messi y lo que significa para el futbol y para el negocio, ya no volvería a callar ante las injusticias arbitrales y empezaría a utilizar mucho más su renombre como capitán.

Fútbol, pandemia y camino a la gloria

En el año 2020 por primera vez en la historia la Copa América debía jugarse en simultaneo en Argentina y Colombia y era esta una oportunidad inmejorable para cortar la racha de 28 años sin títulos para la selección y las 7 finales consecutivas perdidas -cuatro de ellas con Lionel Messi en cancha-, pero en el mes de marzo una pandemia cambio la configuración del mundo entero, no solo del futbol. Tras casi un año sin que la pelota rodara por el verde césped de a poco se fue volviendo: barbijos, hisopados y protocolos se nos hicieron comunes al igual que las canchas vacías y el sonido de los gritos de los jugadores en el campo. La copa del 2020 se pasó al año siguiente y por protestas sociales primero se bajó Colombia de la organización y luego Argentina por cuestiones sanitarias. Dos copas seguidas en Brasil con el antecedente de la copa del 19 parecían ser una burla del destino para el equipo de los Lioneles, pero lo que parecía algo negativo terminaría siendo el escenario perfecto para la ya para ese momento llamada “escaloneta”.

Argentina venia de un invicto que traía desde la polémica derrota con Brasil en 2019 pero sendos empates con Chile y Colombia en la fecha de eliminatorias que se jugó antes de la copa generaron revuelo. El periodismo mucho había hablado de las convocatorias, pero principalmente del arquero. Es que por problemas con el Covid Armani perdía el puesto con un poco conocido Dibu Martínez quien sería defenestrado por los siempre sabelotodo periodistas, pobre de ellos.

Argentina empezó la copa empatando nuevamente con Chile para luego vencer en fila a Uruguay, Paraguay, Bolivia y Ecuador. En el torneo fue de menor a mayor en el juego, pero en los partidos era a la inversa y generalmente terminaba sufriendo, fue entonces cuando la escaloneta pareció tambalear y tras ir ganando en un gran primer tiempo termino empatando contra Colombia en semis y tuvo que definir en los penales. Allí apareció el tan criticado arquero quien “se comió” a los colombianos atajando 3 penales y generando controversia con sus charlas previas los mismos. Otra vez argentina estaba en una final ¿sería la octava la vencida?

Messi venía realizando una excelente Copa América siendo el mayor goleador y asistidor, pero físicamente se lo veía disminuido para la final ante el local Brasil. Los fantasmas de las finales perdidas sobrevolaban el Maracaná pero la confianza de Lionel y los suyos parecía inquebrantable, como perlita un tonto juego de cartas entre De Paul, Papu, el Kun, Otamendi, Paredes y el diez salió bien y les dio aún más confianza, esta vez tenía que darse.

Gracias por estos 45 días muchachos, esta la vamos a llevar para casa

La charla previa del capitán mostró que aquel gran jugador sin carácter se había convertido en todo un capitán, en el líder absoluto de una selección que iba por todo sin importan quien estuviera enfrente. Messi, quien días antes de empezar la copa dijo que “estaban listos para dar el golpe”, se paró frente a sus compañeros y dijo:

“Ya sabemos lo que es Argentina, ya sabemos lo que es Brasil, hoy no quiero decir nada de fútbol. Hoy quiero dales la gracias muchachos, quiero darles las gracias por estos cuarenta y cinco días, se los dije el día de mi cumpleaños se armó un grupo espectacular, un grupo hermoso y lo disfruté muchísimo. Cuarenta y cinco días en donde no nos quejamos de los viajes, de la comida, de los hoteles, de las canchas, de nada muchachos. Cuarenta y cinco días sin ver a nuestra familia, muchachos, cuarenta y cinco días. El Dibu, el Dibu fue papa y no pudo ver a la hija todavía, no la pudo hace upa (sic), el chino igual, lo vio un ratito, tuvo un ratito nomas, y todo ¿Por qué? Por este momento, porque teníamos un objetivo y estamos a un pasito de conseguirlo, a un pasito. ¿y saben que es lo mejor de todo? Que depende de nosotros, depende de nosotros ganar esta copa, así que por eso ahora vamos a salir, vamos a levantar esa copa y la vamos a llevar para Argentina y la vamos a disfrutar con nuestra familia, con nuestros amigos, la gente que banco siempre a Argentina. Lo último y con esto termino. No existen las casualidades muchachos. ¿Saben qué? Esta copa se tenía que jugar en la Argentina. Y Dios la trajo acá, Dios la trajo acá para que la levantemos en el Maracaná muchachos, para que sea más lindo para todos. Así que salgamos confiados y tranquilos, que esta la vamos a llevar para casa".

El partido estuvo acorde a la charla previa del capitán, la garra y el corazón del equipo argentino fue la necesaria para ganar una final, el juego no fue grandioso, pero con aquel pelotazo largo de De Paul y la definición de vaselina del tantas veces resistido angelito Di Maria -quien por cierto merece un análisis aparte-, alcanzó para traerla nomas. 28 años pasaron, 7 finales perdidas, mil tragos amargos, renuncias y vueltas, pero por fin Messi lograba lo que tanto le había costado, ganar algo con la selección mayor.

Nota aparte merece la grandeza de Messi en la victoria -y la de Neymar en la derrota-, las imágenes de Messi, Paredes y Neymar charlando felices tras la victoria argentina fue una demostración de que adentro de la cancha se juega a cara de perros -a Neymar le habían pegado de lo lindo en ese partido- pero afuera las amistades pesan, también cabe mencionar que el capitán les pidió a sus compañeros no cantar contra Brasil cuando su amigo Ney estaba cerca.

Sin la mochila ahora todo era posible.

Lágrimas de alegría y no de tristeza por fin inundaban el rostro de Lionel tras una final, el mundo se alegró de que pudiera conseguir lo tan ansiado. Messi era la demostración fáctica de la insistencia para lograr los sueños, Messi había batallado contra su propia psicología y sabía que ahora podía ir por más, todos sabíamos que sin esa pesada mochila, ya sin el maleficio sobre sus hombros otra seria la historia. El camino a Qatar estaba allanado ¿y si traía la tan ansiada dorada que tanto le pedimos?

Messi había aprendido y nos había enseñado que todo era posible cuando uno aprende a superar los obstáculos que ponen los demás, pero también los propios. Messi nos estaba enseñando que los grandes, los grosos, los talentosos, también tienen que aprender como el más mundano de nosotros.

Probablemente sin haberla leído Lionel le hizo caso a la carta que Enzo le había escrito cuando renunció y empezó a disfrutar, ahora si empezaba a tener el reconocimiento prácticamente unánime de los argentinos, aunque había quien decía que sin la del mundo no podía ser el mejor, y a esos también se propuso callar.

Los partidos de eliminatorias jugados en Argentina fueron el mimo definitivo que necesitaba el 10, se lo vio quebrado de emoción frente a las cámaras tras la ovación del monumental y con una sonrisa de oreja a oreja mirando como lo ovacionaba la bombonera en lo que definiría como “lo más lindo que me pasó en mi carrera deportiva”

En el camino al mundial la selección con Messi a la cabeza levanto otra copa, esta vez contra la campeona europea Italia en el mítico estadio de Wembley. En pocos meses los títulos de Messi con la selección mayor ya eran dos y el juego de Lionel y el equipo permitía que nos ilusionemos con la tercera. Llegábamos al mundial, al debut con la supuestamente débil Arabia Saudita con un invicto de 35 partidos, el máximo invicto en la historia de nuestra selección. Nada podía malir sal.

Aguante corazón aguante, que este equipo no los va a dejar tirados.

Martes 22 de noviembre de 2022, 7 de la mañana en Argentina y todos nos preparábamos para ver una nueva demostración de la escaloneta. Al minuto Messi tiene la primera y a los 10 ya ganamos 1 a 0 con gol de Lionel de penal. Final del primer tiempo con 3 goles anulados por offside y varias ocasiones generadas, todo parece indicar que es cuestión de tiempo para que la selección golee. 48 minutos, gol de Arabia, esta película ya la vimos. 53 minutos Arabia lo da vuelta y gana 2 a 1, despiértennos esto no puede estar pasando. Pero pasó, Arabia Saudita, el “equipo fácil del grupo” nos había llenado de dudas, nos había sacado el invicto y nos dejaba match point en contra: quedaban 6 finales por delante.

Los fantasmas del 2002 sobrevolaban a la escaloneta y el “¿Messi donde esta? No veo a Messi” era una estaca que se nos clavaba en nuestro amor por el diez. Pero el rosarino había aprendido, asimiló el golpe y refiriéndose a los que teníamos dudas dijo “que confíen que este grupo no los va a dejar tirados”. Los anti Messi estaban felices y los mexicanos confiados en dar el batacazo y sacar a Argentina de la copa, pero Lionel tenía otros planes.

El sábado 26 era esa primera final y los nervios parecían haberse apoderado de los argentinos, afuera y adentro de la cancha se respiraba el mismo aire denso. El primer tiempo argentino nos recordó las finales perdidas, si no ganábamos estábamos prácticamente afuera en lo que seguramente era el último mundial de Messi. Los 15 minutos de entretiempo, sumados a los primeros 15 del segundo tiempo todos los fantasmas del 2002 parecían materializarse sobre el Lusail, pero Lionel se hizo el distraído, Di María lo vio y se la dio. De la bajada a la Pedriel, siempre Rosario diría emocionado un relator italiano. El resto es historia, Argentina destrababa el partido y el mundial de la mano del diez, volvíamos a respirar. El golazo de Enzo fue la frutilla del postre y nos volvíamos a ilusionar, quedaban 5 finales.

El tercer gran aprendizaje de Lionel: errar es humano, mejorar es divino

Argentina dominó rápidamente a Polonia en el juego, pero el arquero del conjunto europeo estaba empecinado en no dejar entrar la pelota al arco y pese al dominio argentino estaba cumpliendo con la tarea sacando una tras otras. A los 38 minutos el árbitro cobra un controvertido penal para Argentina, es la oportunidad para que Messi por fin someta a Szczesny, pero el polaco para el tiro. ¿vendrán los brazos en jarra otra vez? No, Lionel aprendió que en este juego tras errar hay que levantarse y jugar mejor y esta vez lo hizo dentro del mismo partido, aprendió a asimilar, pero más rápido aún. Messi mejoró incluso su actuación tras el penal errado y el equipo lo acompañó en la levantada moral, resultado final 2 a 0 con goles de Mac Allister y Julián y pase a octavos.

El partido de octavos contra la sorpresiva Australia parecía ser cómodo, y lo fue durante gran parte del encuentro. Argentina se puso 2 a 0, nuevamente con un gol del 10 y otro en el que Julián le robó la cartera al arquero australiano. Todo parecía indicar que tendríamos una tarde tranquila. Pero no, el destino estaba empecinado en hacernos respetar nuestra historia como país y nos quería ver sufrir un rato. En una jugada aislada los australianos patearon de forma defectuosa pero la pelota dio en Enzo Fernández y decretó el 2 a 1. Lautaro Martínez lo tuvo varias veces para estirar la ventaja, pero parecía tener la pólvora empapada. Los Martínez, primero Lisandro y luego el Dibu con una atajada monumental, nos salvarían del empate australiano y nos depositarían en cuartos, se venia Holanda, bah, mejor dicho, Países Bajos.

El cuarto gran aprendizaje de Lionel: si es necesario se habla en todos lados

Hace 20 años Juan Román Riquelme se iba de Boca como ídolo al Barcelona de Louis Van Gaal, venia de hacer un partido único contra el Real Madrid hacia dos años y era adorado por los hinchas, pero cuando llegó el holandés lo llevó a una habitación, le mostró una mesa llena de videos y le dijo “Usted es el mejor del mundo con el balón en los pies, pero cuando no lo tiene, jugamos con uno menos”, luego terminó colgando al 10 quien se tuvo que ir al Villareal.

Quiso el destino que tanto Riquelme como Lionel Messi nacieran un 24 de junio, quiso que jugaran juntos en la selección e incluso que ganaran juntos el oro olímpico, pero Van Gaal quería sumar una coincidencia más y en la previa del partido de cuartos de final declaró: “(Messi) No juega mucho con el rival cuando (el rival) tiene la posesión del balón. Ahí es también donde están nuestras posibilidades”, básicamente dijo lo mismo que sobre Román, además de otras cosas como que tenían más chances de pasar por penales y que Messi no la había tocado en 2014. Messi y el Dibu tomaron nota.

El partido comenzó y argentina pasó por arriba táctica y futbolísticamente a Países Bajos. A los 35 minutos Lionel tomó la pelota, hizo un freno, arrancó en velocidad e invento un pase totalmente surrealista para Nahuel Molina, quien controló y definió. El 1 a 0 duró hasta los 73 cuando el propio Lionel convirtió un penal que le habían hecho al huevo acuña. El diez la mandó al fondo de la red dejando parado al arquero holandés, quien también había hablado de más en la previa. Luego tras un primer festejo bastante medido caminó hacia el medio de la cancha y se plantó frente a Van Gaal haciendo el tradicional Topo Gigio de Juan Román Riquelme. No quedan dudas de la conexión del gesto de Lionel y la historia contada al principio ya que jamás se vio un topo Gigio tan idénticamente igual al que Riquelme el hizo a Macri allá por 2001.

El partido parecía un trámite realmente, pero en el minuto 85 un recién ingresado Weghourst ponía la cabeza para un descuento impensado. Otra vez a sufrir como contra Australia, otra vez un partido que parecía controlado se complicaba. Argentina parecía aguantar como podía, no había piernas, no había futbol y Países Bajos insistía. El impresentable Mateu Lahoz da 10 minutos de tiempo agregado, la tensión es cada vez mayor, incluso llega al límite cuando Paredes innecesariamente tira un pelotazo al banco holandés.

Minuto 100, Lahoz cobrá una falta en la puerta del área y un tiro libre que parecía que iban a jugar directo termina en una genial jugada preparada que Weghourst nuevamente manda adentro. El mundo se derrumbaba, otra vez pendíamos de un hilo. En lo personal creí totalmente perdido el partido, supuse que no había con que levantar el partido, debo reconocer que no confié y no quise ver la prorroga -ni los penales-. Pero estos pibes me cerraron la boca -uno más- e hicieron dos tiempos extra en donde dominaron claramente a Holanda. El destino nos quiso llevar a los penales quizá para que el Dibu pudiera también cerrarle la boca a Van Gaal, y así fue.

Dice el dicho que a los que hablan en la previa se les contesta en la cancha, en este caso Lionel lo hizo, pero no solo eso, sino que Messi entendió que era Messi no solo para bardear a la Conmebol, sino que aprendió a ser el capitán que le habla al arbitro hasta el hartazgo porque sabe que difícilmente lo amonesten y mucho menos lo expulsen, Lionel entendió su poder cada día un poco más y habló en la cancha en todos los sentidos. Acuso al arbitro de ser el autor intelectual del empate holandés y presiono todo el tiempo a Lahoz, a quien ya conocía de la liga española.

Messi hablo en cancha con su futbol y su voz, pero también hablo afuera. En primer lugar, fue a encarar a Van Gaal a decirle en la cara lo que sentía, totalmente sacado Messi le hacia el gestito de hablar al experimentado técnico holandés que lo miraba sin poder entender el atrevimiento. Pero la frutilla del postre, el Messi en la versión mas marodoniana jamás antes vista se dio en la zona mixta, cuando mientras era entrevistado Messi miro a un costado y lanzó la frase que quedara para la historia: “¿qué miras bobo? ¿qué miras? anda pallá”. La frase estaba destinada al autor de los dos goles de Países Bajos quien había provocado a los argentinos ni bien entró.

Esa frase le costó a Lionel que por primera vez los periodistas de alta moral, esos que trabajan en medios que no dudan en apoyar dictaduras pero que se crispan los nervios ante una pared pintada con un mensaje, lo tildaran de “vulgar”. La prensa europea tergiversando los hechos también intento ensuciar la victoria argentina hablando de malos ganadores por las burlas en los festejos, pero hoy que todo se ve, a través de las filmaciones amateurs se nos mostró que los holandeses habían provocado todo el tiempo y que en los argentinos lejos estaba la idea de “angustiarse” ante la “superioridad moral europea” y poner la otra mejilla e iban a cobrarse cada provocación tras la victoria. El otro Lionel, es decir Scaloni se encargó de poner ejemplos para aclarar algo obvio, que éramos tan buenos ganadores como perdedores. Lo cierto es que más allá de polémicas Lionel ya estaba en otra semifinal, instancia en la que argentina jamás había perdido en un mundial.

¿Sin sufrir vale menos?

Una vez terminada la fase de grupos y conformado el fixture de eliminación directa, en el imaginario futbolero la final era contra Inglaterra y la semi contra Brasil. En octavos Inglaterra barrio fácilmente a Ghana por 3 a 0 y Brasil hizo lo mismo con Corea 4 a 1. La semi con Brasil parecía estar a la vuelta de la esquina, pero antes debía pasar a Croacia, rival a la postre débil para una selección que por juego y renombre sentía que ya tenía la sexta estrella en su camiseta. Bien dicho está que en futbol los partidos se juegan y como Modric y compañía tenían otros planes dejaron afuera a Brasil por penales. Al día siguiente Francia frenó a Inglaterra y la final soñada tampoco iba a darse, aunque una final con Francia vengando el 2018 tampoco estaba mal.

Argentina tuvo que enfrentarse a Croacia el martes 13, día maldito para las creencias populares, maldito momento para jugar en un mundial en el que creemos en todo tipo de cosas y millones de similitudes un martes 13. Nada de eso les importo a los muchachos y tras un comienzo parejo en el que Croacia manejó la pelota argentina se acomodó y en el minuto 34 puso a Julián cara a cara con el arquero, penal. Messi cambió por gol con un fuerte disparo y 5 minutos después tras un córner para Croacia Julián se corrió literalmente toda la cancha atropellando a todo lo que se cruzara y tras varios rebotes definió a un costado, 2 a 0, partido liquidado.

A partir de ahí todo fue argentino, una exhibición que terminó de coronarse cuando Lionel agarro la pelota en un costado y se emparejó con Gvardiol, el joven defensor croata de 20 años que estaba siendo una de las figuras del mundial. El viejito de 35 literalmente saco a bailar al pibe, arranco, frenó, la cambio de pie, arrancó de nuevo, se metió en el área y cedió para Julián que puso el 3 a 0, por fin un instante de paz en este sufrido mundial. El tramite se cerró y argentina estaba nuevamente en una final, al igual que en 2014, esta vez se tenia que dar, esta vez se te tenia que dar Lionel, el mundo entero lo deseaba.

Tras el partido los jugadores festejaron en tono mucho más sereno que contra Países Bajos, incluso el lateral argentino Nicolás Tagliafico se animó a decir “Si no se sufre, no vale. Hoy había que sufrir un poco más" y luego agregó en concordancia con el mensaje de unidad que venía dando la selección: "Se lo dedico a todos los argentinos que bancaron. Cuando estamos juntos todo es mejor", mientras tanto, haciéndole caso al defensor aun quizá sin haberlo escuchado, las calles argentinas se iban llenando de gente, de euforia y de bellas historias.

Coronados de gloria, suframos…

Jamás en mis más de 40 años de vida vi al país tan manija con un hecho deportivo, hoy no te lo puedo explicar porque no lo vas a entender y yo tampoco lo entiendo, quizá con el tiempo encontraremos razones a tamaña comunión entre el pueblo y un equipo de futbol de 26 jugadores más cuerpo técnico que estaba a miles de kilómetros, seguramente ese amor renacido por Lionel también mucho tenía que ver.

Lo cierto es que los 5 días que separaron la semi de la final no hubo lugar donde no termináramos cantando “muchachos, ahora nos volvimos a ilusionar”. Cumpleaños, misas, actos escolares, teatros, recitales en todos lados se producía una comunión increíble. Chicos, adultos, viejos, hombres, mujeres, pobres y ricos, todos unidos en un solo sueño, verlo a Lionel levantar la copa. Era mucha la manija, se tenía que dar porque la caída podía ser mortal. Para colmo los presagios y el juego de las coincidencias nos daba siempre positivo, Maradona apuntando a la bandera de Qatar en 1986, los arqueros de las finales vistiendo de amarillo y los presidentes con bigote cuando ganamos el 78 y 86 y sin bigote cuando perdimos las otras finales -me asuste con 1930, pero por meses Uriburu no nos arruina también el mundial-, todo estaba dado.

En cuanto al partido no sé si alguna vez se vio una superioridad tan clara de un equipo sobre otro en una final del mundial, pero lo cierto es que los primeros 80 minutos había un solo equipo en cancha, penal de Messi para el 1 a 0 y a los 36 en un gol prácticamente perfecto el goleador de las finales, el gran fideo Di María ponía el 2 a 0. Desde entonces todo siguió siendo de argentina hasta que llegando a los 80 minutos y tras un pelotazo Otamendi, uno de uno de nuestros mejores defensores de toda la copa, calculo mal, perdió la posición y tuvo que correr de atrás al delantero francés; terminó siendo un penal que convirtió Mbappé y que dio vida a una desaparecida Francia. Toca sufrir dijimos todos, y cuando estábamos pensando en cómo aguantar el 2 a 1 Messi perdió la pelota en mitad de cancha y tras error de Molina, otro de los puntos altos de la copa, Mbappé puso el 2 a 2 pese al esfuerzo del Dibu.

Yo que tanto había criticado la falta de carácter de Messi en 2018 y que hasta había llegado a aceptar que jamás seria como el Diego o como Cristiano Ronaldo en cuanto a carácter me hundí en el más profundo de los pesimismos y al igual que contra Holanda no quise ver mas nada. Messi, quien este simple mundano acusaba de no tenía el carácter suficiente para enfrentar la adversidad futbolística me mostró -aunque obviamente lo vi después- que había aprendido y que su cabeza guiaba a su cuerpo en búsqueda de la tercera pase lo que pase. Probablemente todos lo vieron, pero la imagen de Messi tendiendo a caerse y levantándose antes de que sus rodillas toquen el césped fue una demostración corporal del crecimiento mental de Lionel, él sabía que no la iba a dejar ir, pero nosotros seguíamos sufriendo.

Tan convencido estaba Lionel de no dejarla ir que a los 108 minutos marcó el tercero tras otra linda jugada, 2 a 0, 2 a 2 y 3 a 2, igual que en el 86 pensaron muchos, pero no, tras un penal -en el que NO hubo mano del francés tras el córner como muchos piensan- Mbappé empardó el partido a falta de solo 2 minutos para que ganara argentina. El resto es historia conocida escrita principalmente por el Dibu Martínez, y por fin se dio, la tercera en los brazos de Lionel

Las enseñanzas de Lionel y la escaloneta

Como ya conté todo lo sucedido tras el 2 a 2 de Mbappe no lo vi en vivo y menos mal que no lo hice, fue una final literalmente para el infarto, solo recuerdo que cuando me enteré que éramos campeones del mundo me derrumbe y lloré como un niño, pero si llegaron hasta aquí no es porque les importa lo que me pasó a mí, sino porque se interesaron en las los aprendizajes y enseñanzas de Lionel y los muchachos.

En realidad, el armado de la oración debería ser a la inversa, las enseñanzas fueron de la escaloneta y de Messi ya que la mayor enseñanza que nos dejaron es que la trillada frase “juntos somos mejores” nunca fue tan real. En un país y un mundo en donde los grandes medios pregonan el sálvese quien pueda estos pibes nos mostraron que el trabajo en equipo, con líderes serenos cuando hay que serlo y feroces cuando es necesario rinde sus frutos más que los egos individuales. Lautaro abrazando a un Julián que le sacó el puesto, Armani yendo a buscar al Dibu antes que a nadie y todos cuidándose entre si y cuidando al diez como el diez los cuidaba.

Si bien aquí hablamos principalmente de Messi no me parece correcto no hacer alusión al otro Lionel importante, al director que encauso la nave para que el Lionel, actor principal, se luzca en la película. Lo de Scaloni es para poner en un cuadrito, bastardeado por periodistas que le faltaron el respeto él supo aguantar los palos y en silencio, sin hacer grandes alardes ir armando poco a poco un grupo de jugadores pocas veces visto, por supuesto no lo hizo solo, el genio de Pablito Aimar a su lado y la colaboración de Samuel y Ayala – además de otros colaboradores- terminaron de conformar un equipo de trabajo que desde la humildad transmitió tranquilidad a los jugadores y obtuvo más resultados que ningún otro cuerpo técnico en la historia de la selección.

Estos muchachos también nos enseñaron la importancia de los roles fuera y dentro de la cancha, no solo lo vimos cuando muchos jugadores dieron muestra de no enojarse y entender cuando un compañero estaba mejor, sino que hasta quien convenia que declare en la rueda de prensa estaba planificado, nada estaba librado al azar.

Es importante remarcar que no es fácil lograr que figuras internacionales, jugadores que son ídolos en sus equipos entiendan que hay momentos en que se debe aportar desde afuera, ese es un gran logro de Scaloni y entre muchas otras cosas eso también nos lo enseñaron los muchachos.

¿La meritocracia de Messi?

Me llamó la atención que miembros de sectores ideológicamente similares pasaran de tildar a Messi de vulgar a intentar subirlo al pedestal de rey de la meritocracia tras el triunfo queriendo así llevar agua para su molino. Para quien no lo sepa la meritocracia refiere técnicamente al gobierno del mérito, a que lo que consiguen los individuos es o debe ser exclusiva responsabilidad del mérito que tengan para conseguirlo, básicamente quienes apoyan esta teoría político-social cargan las culpas del éxito y el fracaso en los individuos sin atender a sus historias personales y sociales, en palabras de César Rendueles – profesor de sociología español- "La meritocracia es un sistema de legitimación de los privilegios heredados".

Pues bien, he visto un video en los medios que habla de la meritocracia de Messi, en el mismo el periodista Gonzalo Bonadeo tras hacer un muy respetable análisis de Messi y el mundial lanza en un reportaje con María Laura Santillán que Messi “es meritocracia en estado puro” y automáticamente pide perdón, pero cuando le preguntan porque pide perdón dice que “porque si, porque discutir la meritocracia es ignorar el deporte, es ignorar la vida en general, sobre todo cuando hablamos de pibes que se tuvieron que ir del país para pagarse las hormonas de crecimiento, no viene de cuna de oro Messi, la construyó”.

Evidentemente Bonadeo intenta con esto equiparar el mérito con la meritocracia cuando son dos cosas diferentes. El merito no solo es necesario, sino que es fundamental en el deporte y en la vida, pero la meritocracia es otra cosa. Messi ha hecho méritos más que suficientes para ser lo que es, pero Messi no es lo que es solo por merito propio, Messi se convirtió en lo que es siendo parte de un entorno. Debe existir una relación dialéctica relativamente pareja entre el mérito personal y el entorno en el que se da el éxito. Como dijimos al principio en cuanto a lo sociológico Messi viene de una familia que no conoce la miseria, tiene una educación y un sostén familiar que le permitieron manejarse en el mundo con varias herramientas culturales que no todos los jugadores tienen. Además, tiene un núcleo familiar fuerte que lo contiene y lo contuvo en los peores momentos.

Por otra parte, en el sentido estrictamente deportivo la mala utilización de la palabra meritocracia para evaluar a Messi se explica fácilmente con dos jugadas distintas en dos finales del mundo distintas. No voy a hablar de los goles que no se hicieron en 2014 y si en 2022, voy a hablar de la influencia de dos arqueros en la posibilidad de levantar la copa. Año 2014, estadio Maracaná, Argentina 0 Alemania 0 minuto 113 Gotze patea ante la salida de Chiquito Romero, 1 a 0 y Alemania levanta la copa. Año 2022, estadio Lusail, Argentina 3 Francia 3 minuto 123 Kolo Muani fusila al arquero y el Dibu Martínez realiza la atajada más importante en la historia de las finales de mundiales, 3 a 3 y penales en los que argentina triunfa. En ninguna de estas jugadas Messi tuvo influencia alguna y ambas decidieron el destino de la copa.

Está claro que la meritocracia no aplica para explicar a Messi, Lionel se explicá si desde el mérito, principalmente el de no bajar los brazos ante la adversidad y rebelarse ante la derrota, pero también es un ejemplo de la importancia del trabajo en equipo y de lo fundamental que tener la suerte de poder rodearse de las personas indicadas en el los momentos indicados, esos si son ejemplos a imitar en todos los órdenes de la vida.

¿Millonarios capitalistas o pibes de barrio con mucho dinero?

Por ahí vi también a un trasnochado Jaime Bayly diciendo barbaridades como que “cada uno de los jugadores de la selección argentina quizá sin saberlo es un capitalista globalizado que se somete a las leyes del libre mercado de la oferta y la demanda y de la competencia brutal del fútbol mundial”, mientras criticaba la utilización política que se intentaba hacer desde el gobierno del triunfo de la selección. Hay que ser muy ciego para no ver las intenciones que hay detrás de esa aberrante tergiversación. A la hora del triunfo tratan de emparentar los millones que ganan los jugadores con la concepción más bien sociológica del millonario.

Basta con ver los festejos para darse cuenta que estos pibes no son millonarios más que en sus cuentas bancarias, pero en su esencia son pibes de barrio como cualquiera de nosotros, son pibes a los que el absurdo negocio del futbol ubico dentro de mansiones y grandes coches, no son nenes de papa con empresas o tierras heredadas. No es casual que estos pibes hayan generado una identificación tan fuerte con los sectores populares como pocas veces antes se vio. En los festejos pos partido y en el recibimiento en Buenos Aires se vieron imágenes que hablaban más de un viaje de egresados de pibes de Laferrere que de un festejo de millonarios capitalistas globalizados.

Es de esta forma que quienes critican la utilización política del triunfo deportivo intentan hacer una utilización ideológica de este triunfo poniendo a jugadores que son en esencia solidarios dentro y fuera de la cancha, en el lugar de los grandes empresarios que no dudan en vender a su madre por una suma de dinero importante. Estos pibes nos enseñaron que laburantes que se esfuerzan por ser mejores, cuando están unidos por un mismo objetivo pueden lograrlo, no hay nada que le dé más miedo al poder que esto, es por eso que intentan vendernos a los jugadores como lo que no son.

¿Pueden enseñarnos los jugadores de futbol?

A lo largo de este texto hemos hablado de enseñanzas y aprendizajes de Lionel Messi, pero también de otros jugadores y ex jugadores. Si nos referimos puntualmente a los aprendizajes estos pueden ser obtenidos por todas las personas, es decir que, en mayor o menor medida, pero todos aprendemos a lo largo de la vida y eso nadie lo discute. Ahora si hablamos de enseñanzas muchas veces el concepto parece estar emparentado exclusivamente a quienes se forman para realizar las enseñanzas, es decir nosotros los docentes. Es entonces que cabe preguntarse ¿pueden enseñarnos los jugadores de futbol?

La respuesta es categórica: SI. Primero porque el enseñar y el aprender puede estar relacionado a una disciplina en particular, pero también a la vida en general. Y segundo porque para bien o para mal todos enseñamos cuando somos referentes de alguien, y vaya si estos jugadores lo son de cientos de miles de jóvenes. Principalmente Messi, pero también todos los miembros de la selección tienen muchas más posibilidades de llegar con sus enseñanzas a los jóvenes que incluso nosotros los docentes.

Que Messi ponga en su Instagram visto por millones de personas que “muchas veces el fracaso es parte del camino y del aprendizaje y sin las decepciones es imposible que lleguen los éxitos”, que hable de que el grupo esta por encima de las individualidades y remarque siempre el apoyo recibido reconociendo que sin el mismo no seria quien es, tiene un valor incalculable para quienes luchamos por una educación que libere mentes de las cadenas ideológicas de un sistema que quiere productos moldeables y no personas pensantes. Leer a mi ídolo levantar las mismas banderas de lucha y perseverancia que yo levanto como docente me genera una emoción tremenda.

Pero no solo nos han enseñado nuestros jugadores, este mundial y principalmente la figura de Messi nos mostraron que como bien dijo Scaloni esto es un juego y al día siguiente ganes o pierdas sale el sol. Ver a Gotze festejar con su hijo el triunfo de Messi, cuando fue quien le negó la copa en 2014, ver a jugadores que son rivales futbolísticos grosos como los brasileros festejar por Lionel, ver al chileno Vidal con la camiseta argentina feliz por su amigo o a los clubes ingleses recibir como héroes a los argentinos campeones del mundo, nos llamó la atención al tiempo que nos emocionaba. De eso también debemos aprender, la rivalidad es linda y necesaria, pero en su punto justo, cuando no se vuelve violencia e intolerancia y por otra parte reconocer al otro en la victoria, aunque hay veces no nos guste, es algo que debemos aprender a hacer mas seguido.

Juntos somos mejores, gracias muchachos

Con este mundial hemos demostrado como pueblo que podemos y sabemos ser felices, los problemas no se terminan con la tercera, eso todos lo sabemos, pero este baldazo de alegría nos saco por un rato de la apatía que nos venden 24/7 desde los medios y el poder. Los pibes nos mostraron el camino con mas de una enseñanza, en nosotros estará aprender como muchos de ellos aprendieron y ser lo que nos merecemos ser como país.

Recordemos siempre que si aquellos que seguimos y nos emocionamos con "22 bolu2 que corren atrás de una pelota" nos convertimos en gente que mira al de al lado sin verlo como un enemigo, si podemos ser el hombre que regalaba banderas desde su negocio, o el que le regaló una camiseta de la selección al cartonero alegrándole el día o simplemente cualquiera de las y los que demostraron abiertamente sus sentimientos y lloraron sin que importe el qué dirán; Si podemos mejorar todo lo malo y ser todo lo bueno que fuimos durante el mundial, quizá no estemos tan errados y la posibilidad de ser una sociedad mejor este realmente a la vuelta de la esquina…

Material Realizado y aportado por:

Profesor Diego A. Bouquet

Más de 10 años de trabajo en la educación pública. Titulo de profesor de historia con trayecto en ciencias sociales y técnico mecánico. Diplomado en prevención de consumos problemáticos en la U.S.I. Generador de contenido educativo audiovisual en YouTube. Creador y administrador de esta página.

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